Higiene de bocas con ortodoncia
23 de Noviembre de 2016
Los tratamientos de ortodoncia han dejado de ser una excepción para convertirse en algo habitual en la sociedad de hoy en día. No son pocas las personas que, preocupadas tanto por su aspecto como por los problemas funcionales que pueden surgirles, deciden solucionar sus malposiciones dentarias y maloclusiones. Estos tratamientos son cada día más eficientes y menos invasivos y dejan para la historia aquellas imágenes de adolescentes con aparatos molestos y antiestéticos.
En la actualidad, los tratamientos de ortodoncia no solo se realizan en la infancia; son muchos los adultos que, después de años de padecer malposiciones, apuestan por tratar este problema.
Hoy en día, los tratamientos dependerán del grado de maloclusión de cada paciente, pero, básicamente, se pueden dividir entre los que utilizan aparatos fijos y móviles. Estos últimos pueden retirarse en cualquier momento, y los primeros quedan fijos a la estructura dentaria. Ambos aplican fuerzas para forzar a los dientes a colocarse en el lugar correcto.
La propia estructura de los aparatos es el lugar ideal para la formación de biofilm bucal, donde se acumulan restos de comida y placa dental que son de eliminación más difícil, con lo que puede aparecer gingivitis, caries o halitosis (mal aliento), entre otras afecciones.
La higiene bucal en estos pacientes es clave para evitar que se produzcan complicaciones posteriores. Si cualquier persona debe atender todos los días su higiene bucodental, al llevar ortodoncia, la higiene debe ser más exhaustiva y atendida. La propia estructura de los aparatos es el lugar ideal para la formación de biofilm bucal, donde se acumulan restos de comida y placa dental que son de eliminación más difícil, con lo que puede aparecer gingivitis, caries o halitosis (mal aliento), entre otras afecciones.
En el caso de los aparatos removibles, la limpieza debe dividirse entre la del mismo aparato y la de la boca. Para el primero, existen comprimidos limpiadores efervescentes que permiten una eliminación correcta del biofilm que pueda aparecer sobre los aparatos. A la par, se debe realizar una limpieza exhaustiva de la boca a través del cepillado y los enjuagues bucales.
Más concienzuda debe ser la labor en los pacientes con aparatos fijos. Los brackets, las piezas pegadas en cada diente y los arcos que unen dichos brackets son elementos que retienen con facilidad restos de alimentos. Un primer paso es que nuestro ortodoncista nos explique cuál es la técnica para su eliminación. Se basa en una limpieza correcta y un cepillado interdental, para lo que se utiliza un cepillo, manual o eléctrico, sobre todo los de cabezal pequeño o específico para ortodoncias, en forma de ‘v’, que ayudan a llegar a cualquier lugar del aparato. Se debe hacer un hincapié especial tanto en los brackets como en los dientes, sin olvidar las encías y paladar.
Ayudan a completar la limpieza los cepillos interproximales, seda y cinta dental, colutorios y, como complemento, también los irrigadores bucales para llegar a aquellos lugares de acceso más difícil.
Nuestro odontólogo nos puede recomendar también utilizar al principio del tratamiento un revelador de placa. Es una técnica muy útil para saber si estamos realizando una higiene bucal correcta y consiste en enjuagarnos con una sustancia (eritrosina) tras el cepillado. Las zonas que no estén bien limpias, las que contengan biofilm, se teñirán de color rojo y así detectaremos dónde debemos hacer más hincapié.
De forma paralela, nuestro especialista también nos recomendará hábitos de alimentación que nos ayudarán a mantener los aparatos y nuestra boca en perfecto estado. En especial, la reducción en lo posible de aquellos alimentos azucarados o ricos en hidratos de carbono complejos, puesto que se adhieren a los dientes, alimentan el biofilm y pueden provocar la aparición de caries. Igualmente, se debe evitar masticar alimentos duros o con hueso (almendras, aceitunas, etc.), que pueden provocar que algún elemento del aparato se suelte o rompa, así como los pegajosos.