Cómo incide la alimentación en nuestra salud bucal
29 de Septiembre de 2016
Una de las acciones más comunes y que más influencia tienen en el estado de salud general de cualquier persona es la alimentación. Todo lo que comemos tiene su incidencia directa en nuestro bienestar, tanto en positivo como en negativo. Por tanto, no es extraño que cuidando la alimentación también cuidemos nuestra salud bucal.
Cuando comemos aportamos la energía y nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo funcione. Y todo pasa por la boca y nuestros dientes son los primeros que ‘reciben’ a esos alimentos, exponiéndose a erosiones dentales, y caries, entre otros problemas.
Para prevenir afecciones bucales es importante que la alimentación sea equilibrada y se controle el consumo de dulces y golosinas, bebidas gaseosas y bebidas ácidas.
Estas limitaciones traerán consigo no solo beneficios a nuestra salud bucal, sino también a la del cuerpo en general. Para compensar, hay alimentos que han demostrado tener un papel beneficioso para la salud de nuestra boca, tales como los productos lácteos, las frutas y verduras con fibra, el té verde y negro y en general alimentos con alto contenido en vitaminas.
En general, una dieta adecuada y beneficiosa para la salud bucal debe contener proteínas lácteas, imprescindible para la formación de los dientes y cuya falta puede causar un retraso significativo en la erupción de los dientes en niños y predisponer a la aparición de caries. De igual manera son importantes el calcio, la vitamina D y el flúor para la formación de dientes fuertes durante el proceso de calcificación dental. Las vitaminas C y K son importantes para mantener unas encías saludables y la vitamina A es básica en la formación de los dientes, en su calcificación y en un desarrollo normal del esmalte. En cuanto a la vitamina B2 (riboflavina), su falta en la dieta puede producir la inflamación de lengua y la aparición de labios agrietados y úlceras bucales.
A ello debemos sumar la máxima del equilibrio y la sensatez, realizando una buena alimentación con cantidades adecuadas, evitando picar entre horas, restringiendo el azúcar solo a las comidas y, por supuesto, bebiendo mucha agua.
Particularmente, hay segmentos de población que deben prestar una especial atención a la alimentación en relación con su salud bucal. Tal es el caso de las embarazadas, personas con ortodoncias o que han tenido recientemente cirugías bucales. Todas ellas deben consultar con su médico especialista las pautas a seguir.
Por último, si a la correcta alimentación le unimos una buena higiene dental tenemos la combinación perfecta para mantener una salud bucal excelente. La higiene debe incluir tanto el cepillado tras cada comida como la utilización de sedas y cintas dentales, cepillos interproximales, colutorios, limpiadores linguales e irrigadores bucales. Y, por supuesto, la visita al dentista e higienista de manera periódica, 2 veces al año, es imprescindible.